El maltrato animal son comportamientos que causan dolor innecesario o estrés al animal. Los mismos van desde la negligencia en los cuidados básicos hasta el asesinato malicioso. Existen dos tipos de maltrato: el maltrato directo, que consta en la falta intencional del cuidado básico, la mutilación o el asesinato animal, y el maltrato indirecto. Esto se ha convertido en un problema social muy importante.
Por ejemplo, hoy en día está de moda cortarle el rabo y las orejas a los perros para conseguir un fin estético. Es verdad que están más bonitos los perros así, pero no nos damos cuenta de que los estamos mutilando y de que el perro también sufre solo por capricho nuestro. En Andalucía esta terminantemente prohibido salvo por una causa controlada por el veterinario.
También abandonar animales en la calle o por que no los pueden cuidar o por que no quieren tener animales en casa es un maltrato animal, al igual que no proporcionarle los cuidados y la alimentación necesaria y golpearlos brutalmente para causar daños psicológicos en otra persona.
Los tipos de maltrato en animales domésticos suelen ser:
-Dejar a la mascota a la intemperie padeciendo de frío, sol y lluvia.
-Dejarle sin alimento (olvidarse de darle de comer al menos una vez al día)
-Dejarle sin agua (hay que verificar que el agua está fresca y limpia)
-Descuido, sea de su salud (cuando está enferma o no llevarla a vacunar),de
su bienestar (no hacerle caso alguno) o de su entorno (no bañarla,
no limpiar el lugar donde come o habita). Aquí se incluye también el
abandono.
viernes, 17 de abril de 2015
jueves, 16 de abril de 2015
Mi historia: "Comienzo de primaria"
Cuando ya acabé mi estancia en el colegio Juan Ramón Jiménez, mi madre decidió que comenzara mi primer curso de primaria en el colegio Mayor Zaragoza, ya que allí facilitaría a mi hermana su estancia en infantil.
El primer día en el Mayor Zaragoza fue muy divertido. Conocí a mis compañeros que me acompañarían hasta la finalización de la primaria y a mi profesora, Ester, una mujer muy simpática y muy agradable. Recuerdo que me senté al lado de un niño que se llamaba Francisco que era muy bromista y con Estela, que es mi mejor amiga. Un día cuando llegué a clase y fui a sentarme en mi sitio, Francisco me retiró la silla y caí al suelo. Creo que me dieron una buena bienvenida. En el recreo siempre me iba con Estela, y ese día vi a un chico que me gustó mucho. Él era mayor que yo, estaba acabando casi la primaria. Desde ese momento nos entreteníamos siguiendo al chico y a sus amigos y a ponernos en los lugares que ellos se ponían. Al año siguiente todavía el chico estaba en el colegio y un día decidí escribirle una carta y declararme, pero me daba vergüenza dársela. Estela hizo de mi mensajera. Recuerdo que le dio la carta al amigo del chico hasta que se la dio a él. Fue una vergüenza increíble. El chico me dio una carta respondiéndome pero yo la rompí y no la leí. Fue un arrebato de niña tonta que hoy en día todavia siento curiosidad por saber lo que ponía.
Respecto al tema escolar mis notas eran excelentes. Me tocó un profesor conocido del pueblo que se llamaba Juan y que cuando te portabas mal te tiraba de la oreja, así que ya sabes como estabamos todos siempre ¿no? No se movía ni una mosca, pero en el fondo tenía un gran corazón. Al finalizar los años siempre hacíamos una fiesta y actuaciones en las que siempre asistían nuestra familia.
Al año siguiente en 3º y 4º estuve con una profesora que se llamaba Teresa Adriana, una persona muy querida y a la que hoy en día admiro y quiero un montón. Fueron dos años muy intensos ya que realizamos muchas excursiones y sobre todo estábamos nerviosos por que hacíamos la comunión. Un día Teresa Adriana para compensarnos por nuestro comportamiento nos regaló bombones y sorteó un montón de cosas. A mí me tocó un cuadro de arcilla al que ella tenía mucho aprecio y todavía lo conservo en mi habitación. Cuando se iba acabando el curso todos estábamos muy tristes porque ya no veríamos mas a Teresa. Nos dijo que este sería su último año dando clase, que ya le tocaba jubilarse. Nosotros estábamos muy tristes y yo mucho más porque tenía un gran afecto por ella. Nos dijo que siempre nos iba a llevar en el corazón, que seríamos su broche de oro... Al salir de clase mi madre me esperaba en la cancela como todos los días y me vio llorando y se asustó por que creía que me había pasado algo. Cuando se enteró por que lloraba se puso a reir, por que aunque no viéramos a Teresa ella seguía viviendo en Salobreña y podríamos contactar con ella. Hoy en día cuando me ve por la calle se para conmigo a hablar y me pregunta por los estudios y me da muchos consejos.
En mis últimos años en el colegio fueron muy duros, ya que veíamos temario acercándose a lo que sería la ESO. Aún así, mis notas seguían siendo muy buenas y el maestro al finalizar el curso me dio la enhorabuena y me deseó suerte en mi estancia por la ESO.
Primaria ha sido una etapa muy importante para mí, ya que alli conocí a mi mejor amiga y sobre todo aprendí a ser mejor persona y a realizar un poco el objetivo que tenía en mente.
El primer día en el Mayor Zaragoza fue muy divertido. Conocí a mis compañeros que me acompañarían hasta la finalización de la primaria y a mi profesora, Ester, una mujer muy simpática y muy agradable. Recuerdo que me senté al lado de un niño que se llamaba Francisco que era muy bromista y con Estela, que es mi mejor amiga. Un día cuando llegué a clase y fui a sentarme en mi sitio, Francisco me retiró la silla y caí al suelo. Creo que me dieron una buena bienvenida. En el recreo siempre me iba con Estela, y ese día vi a un chico que me gustó mucho. Él era mayor que yo, estaba acabando casi la primaria. Desde ese momento nos entreteníamos siguiendo al chico y a sus amigos y a ponernos en los lugares que ellos se ponían. Al año siguiente todavía el chico estaba en el colegio y un día decidí escribirle una carta y declararme, pero me daba vergüenza dársela. Estela hizo de mi mensajera. Recuerdo que le dio la carta al amigo del chico hasta que se la dio a él. Fue una vergüenza increíble. El chico me dio una carta respondiéndome pero yo la rompí y no la leí. Fue un arrebato de niña tonta que hoy en día todavia siento curiosidad por saber lo que ponía.
Respecto al tema escolar mis notas eran excelentes. Me tocó un profesor conocido del pueblo que se llamaba Juan y que cuando te portabas mal te tiraba de la oreja, así que ya sabes como estabamos todos siempre ¿no? No se movía ni una mosca, pero en el fondo tenía un gran corazón. Al finalizar los años siempre hacíamos una fiesta y actuaciones en las que siempre asistían nuestra familia.
Al año siguiente en 3º y 4º estuve con una profesora que se llamaba Teresa Adriana, una persona muy querida y a la que hoy en día admiro y quiero un montón. Fueron dos años muy intensos ya que realizamos muchas excursiones y sobre todo estábamos nerviosos por que hacíamos la comunión. Un día Teresa Adriana para compensarnos por nuestro comportamiento nos regaló bombones y sorteó un montón de cosas. A mí me tocó un cuadro de arcilla al que ella tenía mucho aprecio y todavía lo conservo en mi habitación. Cuando se iba acabando el curso todos estábamos muy tristes porque ya no veríamos mas a Teresa. Nos dijo que este sería su último año dando clase, que ya le tocaba jubilarse. Nosotros estábamos muy tristes y yo mucho más porque tenía un gran afecto por ella. Nos dijo que siempre nos iba a llevar en el corazón, que seríamos su broche de oro... Al salir de clase mi madre me esperaba en la cancela como todos los días y me vio llorando y se asustó por que creía que me había pasado algo. Cuando se enteró por que lloraba se puso a reir, por que aunque no viéramos a Teresa ella seguía viviendo en Salobreña y podríamos contactar con ella. Hoy en día cuando me ve por la calle se para conmigo a hablar y me pregunta por los estudios y me da muchos consejos.
En mis últimos años en el colegio fueron muy duros, ya que veíamos temario acercándose a lo que sería la ESO. Aún así, mis notas seguían siendo muy buenas y el maestro al finalizar el curso me dio la enhorabuena y me deseó suerte en mi estancia por la ESO.
Primaria ha sido una etapa muy importante para mí, ya que alli conocí a mi mejor amiga y sobre todo aprendí a ser mejor persona y a realizar un poco el objetivo que tenía en mente.
martes, 7 de abril de 2015
Mi historia: "Primer día de cole"
Aproximadamente en el año 2000, en Septiembre, empecé mi primer día de colegio en el Juan Ramón Jiménez. Estaba muy emocionada porque quería conocer a muchos niños y niñas y a la vez muy asustada porque no quería separarme de mamá.
Mamá me llevó donde estaba el colegio y allí estuvimos esperando a que dijeran mi nombre y el color de fila para poder entrar en clase. Recuerdo que estaba ansiosa por conocer a mi profesor o profesora y sobre todo con muchas ganas de hacer amigos y poder jugar con ellos. Nuestra maestra se llamaba Paquita, una persona con mucha paciencia y a la que le cogimos mucho cariño y mucho aprecio, aunque por motivos de salud siempre se encontraba ausente. A la primera niña que conocí se llamaba Marina. Éramos inseparables. También conocimos a Laura, una niña muy tímida que apenas hablaba pero pasó a ser una más de nuestro grupo. Siempre en el recreo íbamos las tres juntas. Solíamos escondernos en la casa de una mujer a la que nosotras llamábamos "la bruja" por su aspecto físico y su tipo de peinado. Sentíamos mucho miedo cada vez que la veíamos; era terrible.
Al cabo de un tiempo la "seño" Paquita volvió con nosotros. Nos recibió con mucha ilusión. Siempre que jugábamos y poníamos todo por medio en clase nos cantaba: "A recoger, a ordenar, cada cosa en su lugar". Al principio yo pensaba que la seño estaba un poco loca, pero con el tiempo nos acostumbramos y cada vez que se le olvidaba solíamos cantarla nosotros.
Al cabo de un año volvimos al cole y ya era muy distinto al primer día. Ya tenía mucha ilusión por ver a la seño y sobre todo a Marina y a Laura.
Yo siempre utilizaba el chupe y me lo llevaba a clase a escondidas de mi madre y me lo ponía cuando la seño no me veía. Un día me lo quitó y lo guardó en una bolsa, que al final de curso se la dio a mi madre llena. Ese año plantamos un huerto en el patio y plantábamos tomates, zanahorias... que más tarde recogíamos y nos lo comíamos. Era un ambiente saludable. Solíamos pasarlo muy bien bailando y jugando a muchos juegos que ahora no recuerdo mucho.
Cuando venían los Reyes Magos a clase los niños se asustaban por el rey negro, pero yo tan valiente siempre me sentaba con el. Era el que más me gustaba. Fueron tres años muy importantes para mí ya que viví mi primera experiencia en el cole y sobre todo conocí a mis primeras amigas y sobre todo el ultimo año fue el más intenso ya que aprendimos muchas cosas y teníamos mucha ilusión por ir a Primero de primaria.
Mamá me llevó donde estaba el colegio y allí estuvimos esperando a que dijeran mi nombre y el color de fila para poder entrar en clase. Recuerdo que estaba ansiosa por conocer a mi profesor o profesora y sobre todo con muchas ganas de hacer amigos y poder jugar con ellos. Nuestra maestra se llamaba Paquita, una persona con mucha paciencia y a la que le cogimos mucho cariño y mucho aprecio, aunque por motivos de salud siempre se encontraba ausente. A la primera niña que conocí se llamaba Marina. Éramos inseparables. También conocimos a Laura, una niña muy tímida que apenas hablaba pero pasó a ser una más de nuestro grupo. Siempre en el recreo íbamos las tres juntas. Solíamos escondernos en la casa de una mujer a la que nosotras llamábamos "la bruja" por su aspecto físico y su tipo de peinado. Sentíamos mucho miedo cada vez que la veíamos; era terrible.
Al cabo de un tiempo la "seño" Paquita volvió con nosotros. Nos recibió con mucha ilusión. Siempre que jugábamos y poníamos todo por medio en clase nos cantaba: "A recoger, a ordenar, cada cosa en su lugar". Al principio yo pensaba que la seño estaba un poco loca, pero con el tiempo nos acostumbramos y cada vez que se le olvidaba solíamos cantarla nosotros.
Al cabo de un año volvimos al cole y ya era muy distinto al primer día. Ya tenía mucha ilusión por ver a la seño y sobre todo a Marina y a Laura.
Yo siempre utilizaba el chupe y me lo llevaba a clase a escondidas de mi madre y me lo ponía cuando la seño no me veía. Un día me lo quitó y lo guardó en una bolsa, que al final de curso se la dio a mi madre llena. Ese año plantamos un huerto en el patio y plantábamos tomates, zanahorias... que más tarde recogíamos y nos lo comíamos. Era un ambiente saludable. Solíamos pasarlo muy bien bailando y jugando a muchos juegos que ahora no recuerdo mucho.
Cuando venían los Reyes Magos a clase los niños se asustaban por el rey negro, pero yo tan valiente siempre me sentaba con el. Era el que más me gustaba. Fueron tres años muy importantes para mí ya que viví mi primera experiencia en el cole y sobre todo conocí a mis primeras amigas y sobre todo el ultimo año fue el más intenso ya que aprendimos muchas cosas y teníamos mucha ilusión por ir a Primero de primaria.
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