Cuando ya acabé mi estancia en el colegio Juan Ramón Jiménez, mi madre decidió que comenzara mi primer curso de primaria en el colegio Mayor Zaragoza, ya que allí facilitaría a mi hermana su estancia en infantil.
El primer día en el Mayor Zaragoza fue muy divertido. Conocí a mis compañeros que me acompañarían hasta la finalización de la primaria y a mi profesora, Ester, una mujer muy simpática y muy agradable. Recuerdo que me senté al lado de un niño que se llamaba Francisco que era muy bromista y con Estela, que es mi mejor amiga. Un día cuando llegué a clase y fui a sentarme en mi sitio, Francisco me retiró la silla y caí al suelo. Creo que me dieron una buena bienvenida. En el recreo siempre me iba con Estela, y ese día vi a un chico que me gustó mucho. Él era mayor que yo, estaba acabando casi la primaria. Desde ese momento nos entreteníamos siguiendo al chico y a sus amigos y a ponernos en los lugares que ellos se ponían. Al año siguiente todavía el chico estaba en el colegio y un día decidí escribirle una carta y declararme, pero me daba vergüenza dársela. Estela hizo de mi mensajera. Recuerdo que le dio la carta al amigo del chico hasta que se la dio a él. Fue una vergüenza increíble. El chico me dio una carta respondiéndome pero yo la rompí y no la leí. Fue un arrebato de niña tonta que hoy en día todavia siento curiosidad por saber lo que ponía.
Respecto al tema escolar mis notas eran excelentes. Me tocó un profesor conocido del pueblo que se llamaba Juan y que cuando te portabas mal te tiraba de la oreja, así que ya sabes como estabamos todos siempre ¿no? No se movía ni una mosca, pero en el fondo tenía un gran corazón. Al finalizar los años siempre hacíamos una fiesta y actuaciones en las que siempre asistían nuestra familia.
Al año siguiente en 3º y 4º estuve con una profesora que se llamaba Teresa Adriana, una persona muy querida y a la que hoy en día admiro y quiero un montón. Fueron dos años muy intensos ya que realizamos muchas excursiones y sobre todo estábamos nerviosos por que hacíamos la comunión. Un día Teresa Adriana para compensarnos por nuestro comportamiento nos regaló bombones y sorteó un montón de cosas. A mí me tocó un cuadro de arcilla al que ella tenía mucho aprecio y todavía lo conservo en mi habitación. Cuando se iba acabando el curso todos estábamos muy tristes porque ya no veríamos mas a Teresa. Nos dijo que este sería su último año dando clase, que ya le tocaba jubilarse. Nosotros estábamos muy tristes y yo mucho más porque tenía un gran afecto por ella. Nos dijo que siempre nos iba a llevar en el corazón, que seríamos su broche de oro... Al salir de clase mi madre me esperaba en la cancela como todos los días y me vio llorando y se asustó por que creía que me había pasado algo. Cuando se enteró por que lloraba se puso a reir, por que aunque no viéramos a Teresa ella seguía viviendo en Salobreña y podríamos contactar con ella. Hoy en día cuando me ve por la calle se para conmigo a hablar y me pregunta por los estudios y me da muchos consejos.
En mis últimos años en el colegio fueron muy duros, ya que veíamos temario acercándose a lo que sería la ESO. Aún así, mis notas seguían siendo muy buenas y el maestro al finalizar el curso me dio la enhorabuena y me deseó suerte en mi estancia por la ESO.
Primaria ha sido una etapa muy importante para mí, ya que alli conocí a mi mejor amiga y sobre todo aprendí a ser mejor persona y a realizar un poco el objetivo que tenía en mente.
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